Comenzaré por hacerles la saiguiente pregunta: ¿Usamos todas las prendas que tenemos en nuestros armarios?
¿Absolutamente todas nos gustan, y así mismo satisfacen nuestras necesidades de actividades y compromisos diarios?
Comenzaré con la ley de Pareto 80/20, la cual se refiere a que el 20 por ciento de las cosas nos aporta realmente el cien por ciento del total, es decir el 80 por ciento por lo general solo hace ruido y quita el tiempo. Dicho en otras palabras, el 20 por ciento de nuestros clientes nos reportan las utilidades importantes de las empresas y así, este concepto lo podemos llevar a todos los campos.
Hagamos una pausa: analicemos esta ley de Pareto aplicándola mentalmente en un repaso a nuestro guardarropa.
En relación a esto retomando la pregunta inicial, la reformaré de la siguiente manera: ¿Estás consiente que el 20 por ciento de nuestro guardarropa es el que recurrentemente usamos?
Seguramente tu respuesta será afirmativa cayendo en la cuenta en que el 80 por cierto por lo general queda como fondo de armario. Si hacemos memoria en nuestro armario podemos observar lo siguiente:
Algunas prendas les tenemos afecto y nos cuesta trabajo deshacernos de ellas por la razón que sea; aún sabiendo en nuestro interior que no las utilizaremos más. Otras, porque tenemos duda al respecto de ellas, unas por si se ofrece, muchas porque no nos quedan. ¡Pero algún día nos quedarán! Otras tantas no sabemos con qué combinarlas. Existe una gran cantidad de prendas que sólo las usamos una vez o ninguna. Las compramos por impulso, con la justificación de que estaban a buen precio; de alguna manera nos gustaron en el momento, pero en realidad nos son piezas que nos convencen al cien o simplemente no nos sentimos cómodas en ellas; y así un sin fin de argumentos que podría continuar donde la mayoría se siente o se sentirá identificada en algún punto.