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Comenzaré por hacerles la saiguiente pregunta: ¿Usamos todas las prendas que tenemos en nuestros armarios?
¿Absolutamente todas nos gustan, y así mismo satisfacen nuestras necesidades de actividades y compromisos diarios?

Comenzaré con la ley de Pareto 80/20, la cual se refiere a que el 20 por ciento de las cosas nos aporta realmente el cien por ciento del total, es decir el 80 por ciento por lo general solo hace ruido y quita el tiempo. Dicho en otras palabras, el 20 por ciento de nuestros clientes nos reportan las utilidades importantes de las empresas y así, este concepto lo podemos llevar a todos los campos.

Hagamos una pausa: analicemos esta ley de Pareto aplicándola mentalmente en un repaso a nuestro guardarropa.

En relación a esto retomando la pregunta inicial, la reformaré de la siguiente manera: ¿Estás consiente que el 20 por ciento de nuestro guardarropa es el que recurrentemente usamos?
Seguramente tu respuesta será afirmativa cayendo en la cuenta en que el 80 por cierto por lo general queda como fondo de armario. Si hacemos memoria en nuestro armario podemos observar lo siguiente:
Algunas prendas les tenemos afecto y nos cuesta trabajo deshacernos de ellas por la razón que sea; aún sabiendo en nuestro interior que no las utilizaremos más. Otras, porque tenemos duda al respecto de ellas, unas por si se ofrece, muchas porque no nos quedan. ¡Pero algún día nos quedarán! Otras tantas no sabemos con qué combinarlas. Existe una gran cantidad de prendas que sólo las usamos una vez o ninguna. Las compramos por impulso, con la justificación de que estaban a buen precio; de alguna manera nos gustaron en el momento, pero en realidad nos son piezas que nos convencen al cien o simplemente no nos sentimos cómodas en ellas; y así un sin fin de argumentos que podría continuar donde la mayoría se siente o se sentirá identificada en algún punto. 

Esto se resume a que; las últimas tres décadas, la industria de la moda ha visto la manera de cómo producir mas productos como nunca antes; a un bajo costo, y sin considerar el modo ambiente y el impacto humano.

Campañas que nos bombardean en todo momento de comprar esto, es una ganga, esto es lo más trendy, aunado al efecto FOMO (fear of missing out) compramos compasivamente y sin hacer uso de la razón.
Esto nos lleva a un consumismo irracional que provoca el que compremos ropa y accesorios de una manera enferma. Convirtiéndose en desechable y a la vez perdiendo identidad donde nos diluimos en tantas cosas que no conseguimos sacarle el mejor uso o combinación, perdiendo creatividad al dispersarnos en tantas posibilidades.
Ahora la pandemia nos invitó a reflexionar y a vivirlo. Vistiéndonos esencialmente en los básico, sin complicaciones. Haciendo conciencia en este tema a un nivel, aunque sea sutil. Actualmente buscamos ropa cómoda, usamos poco y más apegado a la ley de Pareto.

Los invito a reflexionar en nuestras compras, sin quitarle el valor al poder que traen consigo un par de zapatos nuevos; a lo magníficas que pueden ser algunas prendas que aportan tanta versatilidad. Es cuestión de calidad y no de cantidad. Compremos menos, pero de mejor calidad y en calidad me refiero a muchos campos: a materias primas y procesos de calidad sin tantos contaminantes, a un trato digno con las personas que intervienen en los procesos, al trato humano hacia los animales que también de alguna manera formen parte, a un mercado justo, sustentable, mercados circulares, obteniendo prendas de calidad, básicos que siempre usaremos con un costo indirecto y decoroso.

La tendencia de poder reciclar la ropa se me hace una opción fantástica para renovar prendas y poder adquirir verdaderos tesoros. Actualmente existen lugares muy serios donde podemos vender nuestras prendas y adquirir otras que son magníficas sin importar la temporada donde el estilo personal y el gusto rigen la compra.

La próxima vez que vayamos a comprar, podemos hacer este check list de tan sólo 3 preguntas claves para hacer una mejor compra. 

1) ¿Siendo honestos formará parte del 20 o del 80 por ciento de mis prendas? (hagamos el ejercicio de la ley de Pareto)
2) ¿Realmente se me ve estupendo?
(Esta es una muy poderosa, ya que cuando algo realmente nos favorece automáticamente será una prenda recurrente y no pasará a formar parte del fondo closet)
3) Cuestionemos la fuente, si es de comercio justo y sustentable. Por poner un ejemplo: Existen prendas mas costosas de lana, las cuales traen una etiqueta que te explica los periodos de trasquila y condiciones haciendo la experiencia para el animal una menos dolorosa y traumática. Estas son prendas en las que vale la pena invertir, aunque sea nuestra única compra del periodo y no otras donde el coste para las personas, los animales, mares y ríos tiene un precio irremediablemente irreparable.